Pocas veces se tiene la fortuna de conocer y hablar con quien ha dado el nombre a una enfermedad. Henry T Lynch describió el síndrome que lleva su nombre; un cáncer de colon hereditario no poliposo ( HNPCC) condición que incrementa la probabilidad de presentar esta neoplasia; dicha predisposición al cáncer colorectal se debe a mutaciones germinales en los genes MSH2 MLH1 MSH6 y hPMS2, pertenecientes a la familia de los genes reparadores.
El Dr. Lynch se enlisto en la marina de EU a la edad de 16 años y participó en la batalla de pacífico, cruento enfrentamiento con Japón que dejo miles de victimas de parte y parte. Graduado en la Universidad de Oklahoma, con maestría en Psicología de la U. de Denver, se recibió de médico en la U. de Texas y realizó su residencia en medicina interna en la U de Nebraska, la misma en la cual estudió Gerardo hace 4 años.
En un seminario realizado en la ciudad de Cali, llamado Biomarcadores en Cáncer, se llevo a cabo el memorable encuentro; lo abordé en uno de sus descansos, respondió vigorosamente a mi saludo de manos, me presenté le dije que venía de Santa Marta, una ciudad costera sobre el mar caribe, cerca a Cartagena. Cuando hablo con expositores extranjeros, utilizo a Cartagena como punto de referencia, eso me da buenos resultados. Me dijo en un ingles claro y pausado que no conocía a Cartagena, pero que había estado en Isla Margarita y que allí había tomado un excelente escoces.
Le agradecí su ponencia, créanme fue la mejor del día, un hombre de 90 años parado frente al atril, que viajó mas de siete mil kilómetros con una escala en Bogotá que ningún viajero desearía, se mantenía claro, seguro y convencido de lo que transmitía. Hace 60 años afirmo que el cáncer era una enfermedad hereditaria. Hoy se trabaja frenéticamente en una búsqueda implacable de los genes escondidos en el genoma humano, responsables de este grupo de enfermedades.
Lo contemplé con admiración, tenía que bajar mas de 30 escalones para alcanzar la parte baja del auditorio, luego un altillo incómodo para llegar al equipo digital y luego hacer el recorrido contrario; era presa de la angustia al verlo transitar. Escuchó todas las conferencias activamente, realizó preguntas críticas y pertinentes. Pensé:" Yo con pereza de viajar 1600 km" aunque lo que mas me fastidiaba eran las escalas en el cada vez mas caótico puente aéreo.
También escuché ese día al Dr. Pelayo Correa, fundador del primer registro poblacional en Latinoamérica y autoridad en cáncer de estómago y a la Dra. Nubia Muñoz, postulada al premio Nobel por su trabajo en Cáncer de cuello uterino.
Me sentí satisfecho, también aproveché la ocasión para visitar a grandes amigos y recordar tiempos de estudiante. Dios conserve a estas personas que tanto beneficio han brindado a la humanidad; es una suerte compartir con ellos.